Según lo expuesto en las lecciones anteriores, las heridas agudas tienden a seguir un proceso fisiológico normal de cicatrización que lleva al restablecimiento de la arquitectura de la piel, aunque pueden darse secuelas y cicatrices. En las heridas crónicas este proceso se encuentra alterado.1,2
Para garantizar la cicatrización adecuada de una herida, su lecho debe estar bien ascularizado, con la humedad adecuada, libre de tejido desvitalizado y libre de infección.1
La preparación del lecho de la herida es la eliminación de las barreras locales que dificultan la cura, maximizando así la posibilidad de una cicatrización exitosa.
Esto se logra principalmente a través de un procedimiento llamado desbridamiento.2
Tradicionalmente, el término desbridamiento se ha utilizado para referirse a la eliminación de tejido necrótico, dañado o infectado. Este procedimiento podría dividirse en dos etapas:3
El desbridamiento inicial se refiere al primer desbridamiento realizado en una herida después de la evaluación inicial realizada por el médico.3
El desbridamiento de mantenimiento se refiere a las intervenciones posteriores destinadas no solo a eliminar el tejido no viable, dañado o infectado, sino también a mantener el lecho de la herida en condiciones óptimas para completar el proceso de cicatrización.3
El desbridamiento puede lograrse mediante distintos procedimientos:4
Mecánico (apósitos húmedos a secos, hidroterapia, ultrasonografía)
Quirúrgico (con tijeras o bisturí)
Enzimático (colagenasa)
Biológico (terapia con larvas)
Autolítico (acción de enzimas endógenas en un medio hidratante)
La pomada de colagenasa es un agente desbridante derivado de la bacteria Clostridium histolyticum.3La colagenasa favorece la eliminación del tejido necrótico (acción necrolítica) sin degradar la fibrina, y por eso reduce el riesgo de sangrado.
Tiene una acción selectiva para el colágeno desvitalizado sin destruir el colágeno de la matriz extracelular definitiva.
La colagenasa tópica también:2,3
Estimula la proliferación y migración de queratinocitos acelerando la reepitelización.
Promueve la migración de células endoteliales estimulando la angiogénesis.
Bibliografía