La piel es un órgano autorrenovable que recubre toda la superficie externa del cuerpo humano; constituye una interfase entre el organismo y el ambiente que lo rodea permitiendo la intercomunicación constante entre ambos.1
Desde el punto de vista estructural puede afirmarse que la piel es el órgano más grande del cuerpo ya que representa alrededor del 15% del peso corporal total de un adulto.1,2
Si se la representa en forma extendida, la superficie de la piel es de aproximadamente 2,2 m2 en un individuo de 1,8 metros y un peso de 90 kg.1
El grosor de la piel varía entre 1.5 mm a 4.0 mm dependiendo de la región del cuerpo y las funciones que debe cumplir; no es lo mismo la piel de las palmas de las manos que la del rostro por ejemplo.1
Es un órgano complejo y dinámico formado por múltiples capas; desde el exterior hacia el interior se reconocen:3
La epidermis
La dermis
La hipodermis o tejido celular subcutáneo
La epidermis es la capa más externa; consiste principalmente en un epitelio organizado en capas o estratos que se renuevan continuamente y van formando queratina hacia la superficie. Las células primarias que componen las capas epidérmicas son los queratinocitos; entremezclados entre estos y cumpliendo otras funciones específicas se encuentran los melanocitos (células formadoras de pigmento), las células de Langerhans (células que participan en la presentación inmunológica de antígenos) y las células de Merkel (células involucradas en la percepción del tacto).1,2,3
La dermis comprende la mayor parte de la piel y proporciona flexibilidad, elasticidad y resistencia a la tracción. Es un tejido de sostén compuesto por una red de fibras de colágeno y fibras elásticas entretejidas en una sustancia amorfa llamada sustancia fundamental. La principal célula de la dermis es el fibroblasto, encargado de elaborar las fibras que componen esta capa.
En la dermis se encuentran además vasos sanguíneos, nervios y los llamados apéndices cutáneos como el folículo piloso, las glándulas sudoríparas y las glándulas sebáceas.1,2,3
La hipodermis está formada principalmente por lóbulos de células grasas (tejido adiposo); se encuentra a continuación de la dermis y une a la piel con las estructuras subyacentes; tiene un
espesor variable.1,2,3
Bibliografía